LA PLUMA VIBRA IMPULSADA POR LA MANO FIRME QUE ESCRIBE AQUELLO QUE EN SU INTERIOR VIVE

Al Espíritu de Paz y a nuestra Hija



En una bella esfera dorada,
por millones de pétalos, plateada,
vive la magia que me brinda,
la esencia de mi eterna dama.
En una brizna de luz intensa,
elije vivir mi hija,
a quien cada día entrego,
la más impresionante fuerza,
para que jamás se olvide,
del amor que le tengo.
En una curiosa esfera,
hecha con materiales diversos,
creada con mis propios dedos,
se vivirá la cumbre de nuestros días,
pues esa será la sabiduría,
que nos convertirá a todos en eternos.
Esta esfera es el regalo más preciado,
que le hago a mi amada,
para que al partir cada criatura de nuestro seno,
tengan un lugar para el encuentro,
una tierra donde nacer
y crecer de nuevo,
hasta que el amor más inmenso,
sea lo más sagrado de todos ellos.
Esta tierra no lleva mi nombre,
ni siquiera es mi puerto,
pues yo llegué en una nube,
que partió de los más inimaginables sueños.
Cuando a mi bella dama vi,
supe que ambos engendraríamos,
a la mujer más fuerte y completa,
que pueda contemplar este Universo.
Al nacer mi pequeña,
no pude evitar derramar unas lágrimas por ella,
pues al poco de nacer,
supimos que no la íbamos a poder ver crecer.
Su madre, mi esposa, lloró,
escondida y temerosa,
por terror a que su hija
perdiera su Don.
Sin pensármelo,
me disfracé de destino,
y sin más,
me puse en su camino,
para no permitir que jamás,
nadie le impidiera alcanzar su objetivo.
Cada uno de mis días,
velé por el Don de mi hija,
porque cada instante de su vida,
esa brizna de luz intensa,
que ella eligió como hogar,
no cesara por nunca jamás de ser su guía.
Ahora ella brilla por sí misma,
su madre, ya no llora ni teme nada,
y yo en mi nube hecha de filamentos de oro y plata,
regreso a mi Hogar,
sabiendo que el objetivo
está cumplido
y ahora en la esfera alberga la más increíble Paz,
esa que mi amada,
es capaz con todo su espíritu, de expresar.