LA PLUMA VIBRA IMPULSADA POR LA MANO FIRME QUE ESCRIBE AQUELLO QUE EN SU INTERIOR VIVE

AMANECER


Amanecía,…
comenzaba la mañana con una luz rosada,
que teñía el cielo de bellas pinceladas.
Caía la noche y se enamoraba,
al sentir como la luna,
le abrazaba.
En esas estrellas plateadas,
vivía empecinada,
a que la lluvia cejara de esconder,
toda su alma.
Los lazos de las sirenas,
fruncían olas engalanadas,
por las que diestros delfines,
saltaban,
animándole a que hablara.
Surgió una profunda marea,
que hundió la más verde pradera,
era una ínfula de fuerza,
que Él le entregó,
para que no temiera.
Al verle,
sus ojos anegados gritaron,
fue ese el instante en el que el pálpito,
quedó delatado,
por el amor que Ella tenía por su Amado.
Las cúpulas de luces,
resplandecían efímeras,
cavilando si la dicha,
sería o no infinita.
Al aparecer tras su espada,
se cortó el aire de todo cielo,
enarbolando el Amor,
que ambos sintieron.
Ahora,
al amanecer…
justo,
cuando comienza la mañana,
brillas en tu luz rosada,
tiñendo el cielo de bellas pinceladas.
Y cuando cae la noche,
y te enamoras,
abres toda tu Alma
para que Él también sepa,
cuanto le Amas.